Tradicionalmente el análisis costo beneficio se ha basado en
comparar el gasto con el ahorro de recursos y en base a esto ver cuán rentable
es un determinado proyecto.
Para esto, se debe calcular, en términos monetarios, todos
los efectos económicos que tenga un determinado proyecto.
Uno de los más polémicos es el valor de la vida, es decir,
cuánto se considera el costo de una vida que se pierde en un accidente. Claramente
acá no estoy hablando de una vida en concreto, ya que no es posible ponerle
valor a eso, sino que me refiero a qué valor poner como beneficio, por ejemplo,
a una medida de seguridad extra en una carretera que su beneficio será que
disminuirá en una cierta cantidad su riesgo de accidente.
Tradicionalmente se han utilizado métodos como el llamado
del capital humano, que consiste básicamente en sumar cuánto producirá una
persona a lo largo de su vida y decir que eso es lo que pierde la sociedad.
Este método es muy discutible, ya que implica decir que lo que la sociedad
valor a una persona es igual a lo que esa persona gana trabajando, sin
considerar otras cosas, como por ejemplo, cuánto echará de menos la familia de
la persona cuando ésta fallece.
Por esto, se propone otro tipo de metodologías conocidas
como de disposición al pago, que consisten, mediante distintas técnicas, en
preguntar a las personas cuánto están dispuestas a pagar por obtener o evitar
algo, con lo que después se puede obtener una valoración más completa, que
incluya cosas como la mencionada.
Después de esta larga introducción, lo que quería plantear.
La disposición al pago se diferencia del método de capital humano, entre otras
cosas, porque no se valora como una ganancia o pérdida de recursos, sino que se
valora según la percepción de las personas. Este es un detalle no menor, ya
que, si decimos que debemos guiar las inversiones según la percepción de las
personas (lo que muchas veces deciden hacer las autoridades políticas, y muchas
veces pueden tener razón en hacerlo), entonces podríamos decidir realizar un
proyecto antes que otro aunque no sea lo mejor.
Por ejemplo, en los países que han sido víctimas de
atentados terroristas, se invierte una gran cantidad de recursos en prevenir
dichos atentados, ya que la gente tiene miedo a que vuelva a ocurrir algo
similar.
El problema está en que dichos atentados generalmente son
muy poco probables, por lo que si esos recursos se invirtieran, por ejemplo, en
mejorar las condiciones de seguridad de un camino, los beneficios para la
sociedad serían mucho mayores, ya que se podría salvar una mayor cantidad de
vidas gastando lo mismo.
Entonces, la pregunta es, ¿debemos invertir según lo que es
mejor para la sociedad o según cómo las personas lo perciben?
Nota: La imagen no tiene mucho que ver con el tema, pero me gustó el concepto.
Es interesante el punto de vista planteado por el autor. Una respuesta a la interrogante ha sido propuesta por el concepto de "Valor Público" que "asume que la gente tiene la capacidad y la libertad para expresar sus preferencias respecto a las actividades y resultados de la Administración Pública. También
ResponderEliminarasume que las Administraciones Públicas tienen la voluntad y la capacidad para acomodar sus objetivos a las preferencias ciudadanas; y más que eso, asume que al entregar el valor público requerido, la gente estará dispuesta a pagar por él con dinero..."
Es una perspectiva interesante, sobre todo si se esta considerando la dsiposición a pagar por un determinado bien o servicio.
José, muy interesante tu comentario.
ResponderEliminarEl concepto de valor público, como dices, tiene mucha relevancia en este tipo de temas, especialmente en los bienes sin mercado, que se evalúan generalmente mediante disposición al pago.
De hecho, todo el concepto de valor público podría utilizarse incluso para evaluar de esta manera proyectos que generalmente se miden mediante consumo o ahorro de recursos, debido a que este método generalmente no refleja por completo la valoración que hace la sociedad de dicho proyecto.
Es un tema bien interesante y espero en algún momento escribir un artículo profundizando al respecto.