viernes, 27 de julio de 2012

Proyectos para ciudadanos irracionales


Desde hace unos 150 años, al hablar de conceptos económicos nos referimos a nosotros mismos como “homo economicus”.

La definición oficial (como toda definición oficial, tomada de wikipedia) dice:

“Homo œconomicus (Hombre económico en latín; transcrito economicus u oeconomicus) es el concepto utilizado en la escuela neoclásica de economía para modelizar el comportamiento humano. Esta representación teórica se comportaría de forma racional ante estímulos económicos siendo capaz de procesar adecuadamente la información que conoce, y actuar en consecuencia.

Homo economicus se considera racional en el sentido que el bienestar, tal como se define en la función de utilidad, es optimizado según las oportunidades percibidas. Es decir, el individuo trata de alcanzar objetivos muy específicos y predeterminados en la mayor medida posible con el menor coste posible.”

En resumen, cuando hablamos en términos económicos asumimos que las personas son racionales y que siempre eligen lo que saben que es mejor para ellos.

Hasta hace unos 30 o 40 años, todas las críticas a este modelo apuntaban a decir que se estaba asumiendo que las personas sabían mucha microeconomía y están plenamente informados antes de tomar decisiones. Otra crítica está basada en

lunes, 23 de julio de 2012

¿En qué gastas tu tiempo?



Quiero hacer un par de reflexiones sobre el valor del tiempo y cómo se usa en la evaluación de proyectos.

En Chile, actualmente se utiliza un único valor del tiempo. Si estamos hablando de transporte urbano, ese valor es único independiente del modo de transporte, la edad de la persona, su nivel socioeconómico, ingreso, etc.

Generalmente se argumenta que esto no es correcto, ya que una persona con ingresos mayores valorará más su tiempo, y este efecto se debiera reflejar en la evaluación.

Los detractores de esta forma de pensar argumentan que, si fuera así, sólo se haría proyectos que beneficien a pasajeros de altos ingresos,

miércoles, 4 de julio de 2012

¡Basta de estacionamientos gratis!



George Constanza, personaje de la serie de televisión “Sienfeld”, alguna vez dijo:

“Mi padre no pagó por estacionamiento, mi madre, mi hermano, nadie. Es como ir con una prostituta. ¿Por qué pagar cuando, si me esfuerzo, puedo conseguirlo gratis?”

Todos queremos estacionar sin tener que pagar. Nos molesta que edificios, municipalidades, malls, todos quieran ganar plata cobrando por algo que creemos debería ser gratis. Pero también queremos reducir la congestión, el consumo de energía y la contaminación. Queremos casas baratas, transporte eficiente, espacios verdes, buenas ciudades y una economía saludable.

Donald Shoup, al que algunos llaman “El Yoda de la planificación urbana”, en su libro “The high cost of free parking”, argumenta que el estacionamiento gratis ha contribuido a la dependencia al auto que tenemos actualmente, a la rápida expansión urbana,